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7.29.2011

Serpiente de dos Cabezas


Serpiente de la eternidad
Es la serpiente un animal ambiguo por simbolismo. Dios recomendó al hombre la prudencia de la serpiente (mateo, 10:16) y fue ella, en otra ocasión, la servidora del demonio en el conocido  palabreo que tuvo con hombre y mujer para que dejaran de un solo bocado el paraíso. En ese tránsito es que su imagen difiere en los textos: a veces es el mal otras veces el tiempo; comiéndose la cola es la circularidad cósmica, un referente del tiempo la eternidad, el universo: y con su cambio de piel es el símbolo de la vejez luego de la renovación.
En el barroco acompañaba a un hombre con alas muy grandes (el tiempo) y enroscada a una  sensual mujer completa la imagen de Lilith del pintor Jhon Maler Collier. Así es que en ella y en todos los animales, como decía  Fajardo Saavedra (notable representante de la emblemática del siglo XVII),  “no hay virtud moral que no se halle" (Citado en Buharque de Holanda, 1987,254)

4.18.2011

Cuando los monstruos existieron

Monstruo Marino (14.9 x 10.7) Tomada de  la versión digital del texto de Gandavo: Historia da prouincia sa[n]cta Cruz a qui' vulgarme[n]te chamam Brasil” [1576],  http://purl.pt/121   

Con una afilada espada entre manos, Baltasar Ferreira arremetió contra el monstruo marino que paseaba por las playas de la recién nombrada tierra del Brasil, año de 1567. En su matutino paseo por las costas de San Fernando hoy conocida como Santos en el Estado de Sao Paulo, el monstruo Hipupiará como solían llamarlo los nativos, se sorprendió por el horror que su presencia causó al cruel forastero. Incólume ante la ferocidad del hombre, el monstruo miró el destello de la espada que lo atravesaba para descubrir por última vez el reflejo de sus plateados bigotes. Triunfante ante la morsa, el europeo descubrió en el monstruo un elefante marino; hasta entonces, una desconocida especie animal.
De 15 palmas de largo el cuerpo del demonio del agua estaba cubierto de pelo hasta el hocico el cual lo cubrían sedosos bellos que hacían las veces de un bigote. Su retrato, que descubre la belleza y el terror de la naturaleza americana, estuvo a cargo de de Pero Gandavo de Maglhães y hace parte de su libro “Historia da prouincia sa[n]cta Cruz a qui' vulgarme[n]te chamam Brasil”, impreso en Lisboa: en la oficiana de Antonio Gonsaluez en el año de 1576.
La imagen ilustra el relato del noveno capítulo: “Do Monſtro marinho que ſe matou na capitania de Sam Vicenteno anno de I 5 6 4. Aquí pues la historia en su versión original en portugués del siglo XVI:

Capit. 9. Do Monſtro marinho que ſe matou na capitania de Sam Vicenteno anno de I 5 6 4.

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