Descubren las yemas de los dedos, sobre las gruesas hojas de un libro perfectamente editado de Aby Warburg, editorial Sexto piso, una experiencia estética. El tacto y luego la vista, evocan y transfieren por obra del texto, las imágenes y la edición, el impacto que tuvo su viaje por el suroeste Americano. En aquellos desiertos, los rituales de serpientes en boca de los indígenas y las máscaras de los danzantes, agitaron los recuerdos de Warburg, que perseguido por su esquizofrenia, conjuró miedo y fobias, volviendo, veintisiete años después, a los “relatos de [sus] propios pensamientos sobre recuerdos lejanos” (12). Todo ello durante su estancia en el sanatorio de Bellebeu (1923), lugar en el que escribió la conferencia de Kreuzlinguen, hoy El ritual de la serpiente, para demostrarse a él y a su terapeuta, Ludwig Binswanger, que ya era tiempo de volver al mundo.
“¿Por qué razón deberíamos creer que el hombre está por encima del animal? Observa el antílope que es puro correr, y corre mucho y mejor que el hombre, y observa el oso que es la fuerza pura. Los hombres solo hacen en parte lo que el animal es enteramente” (30)